Cuando vi por primera vez, Hoshi o ou Kodomo (Los niños que perseguían las estrellas), sentí homenajeada la trayectoria y la imaginación de Hayao Miyazaki, en todo su esplendor, y una vez más Makoto Shikai nos trae una historia un poco dura de digerir, si eres alguien que ah perdido un ser querido.
Decir adiós no es fácil, y hacer un viaje para encontrarse con ese adiós es algo, tan renovador como emocionalmente difícil, pero no imposible.
La estética es fenomenal, y muy ingeniosa, llena de detalles como Makoto nos tiene acostumbrados, argumentos simples y personajes que parecen tener vida propia.
Como una nota personal, me encanta como esta reflejada la sociedad en la que Asuna se desenvuelve, casi palpables su habitantes.
★★★★☆ (4/5)
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